El peritaje psicológico en materia de Defensa


 

 

13/03/2018  La Lic. Lorena Bravo M.P 673, Psicóloga del Gabinete Interdisciplinario del Ministerio Público de la Defensa, se refirió al trabajo realizado desde su área disciplinar e indicó que en los casos provenientes de las defensorías civiles y de familia, se puede observar que las personas “acuden a la justicia buscando que alguien ajeno a su entorno y a la vez  representante de un Orden Social; los mire, los piense, los escuche, ponga palabras donde hay vacío y /o violencia, instaure límites y diferencias allí donde algo de la legalidad se ha perdido y ellos intentan construir un nuevo orden que no pudieron implementar por sus propios medios”.

Además resaltó que en las causas donde no existe pena privativa de la libertad, se trabaja con el diálogo, la palabra, poniendo el acento en el reconocimiento de los errores y señaló que “muchas veces, en este espacio de escucha, el denunciado logra la aceptación del acto disvalioso cometido, lo que favorece el arrepentimiento y en algunos casos permite el perdón, palabras que jurídicamente han sido olvidadas pero que en última instancia ayudarían también a sanarnos como sociedad.” En este sentido se hace necesario lograr una zona de encuentro donde puedan amalgamarse tanto el discurso jurídico como el psicológico.

La Lic. Bravo remarcó que el componente clave como psicólogas del gabinete dentro del Ministerio Público de la Defensa y que no debería perderse de vista “es que nuestra escucha debe estar desprendida de cuestiones ideológicas, y sobre todo evitar  la tentación de caer en discusiones dogmáticas para lograr brindar más allá de nuestras posturas éticas, un espacio en el que las personas puedan ejercer su derecho a la defensa y ser asistidas psicológicamente.”

De este modo, indicó la Licenciada, la intervención del Perito Psicólogo en su asesoramiento a las distintas defensorías del Ministerio Público, concibe la posibilidad de creación  de una instancia de potencial eficacia transformadora, no siempre posible y suficiente; pero sí generadora de una apertura de las capacidades de reflexión, que muchas veces dan el puntapié inicial a algún tipo de modificación de la conducta o de la manera de funcionar de esa persona o grupo familiar hasta ese momento.

            Para finalizar, señaló que “los psicólogos y todos los operadores de la justicia tenemos la obligación de advertir la importancia de nuestro rol  y cómo éste contribuye a un mejor vivir. En este sentido podemos decir que nuestra labor dentro del sistema de justicia traspasa la conducta delictiva cometida en cada caso, ya que se apunta a poder ver o visibilizar el verdadero conflicto social”.